El estudio dio a conocer que los hábitos de sueño también ponen en riesgo a tu salud de padecer esta cáncer de mama.
Por Alicia Ruiz Fernández
Ciudad de México, 17 noviembre (TICbeat/SinEmbargo).- Un nuevo estudio ha revelado que las personas que son madrugadoras tienen menos riesgo de desarrollar cáncer de mama que las personas nocturnas.
Así, de las 100 mujeres que se denominan a sí mismas como personas madrugadoras tan solo una desarrolló cáncer de mama, en contraposición con las personas que decían que eran más nocturnas las cuales 2 de cada 100 desarrollaron cáncer de mama.
No es la primera vez que se relacionan los hábitos de sueño con el riesgo de padecer cáncer. Se tomaron los datos de los hábitos de sueño de más de 180 mil mujeres por la investigadora en el Programa de Epidemiología del Cáncer Integrativo del Cáncer de Inglaterra y en la Unidad de Epidemiología de la Universidad de Bristol la doctora Rebecca Richmond y su equipo.
En el estudio se analizaron las variantes genéticas en relación con la predisposición de una persona de ser más de mañana o de noche, en 220 mil mujeres. La investigación dio como resultados que las personas más madrugadoras tenían un 48 por ciento menos de probabilidades de padecer cáncer de mama.
En el otro hilo del estudio en relación a los hábitos de sueño de cada participante, la tendencia fue parecida, es decir, de las 180 mil participantes, las mujeres que se levantaban temprano presentaban un riesgo un 40 por ciento menor de tener cáncer de mama.
También las mujeres que afirmaron dormir más de la media de 7 a 8 horas cada noche, presentaron un riesgo un 20 por ciento mayor de padecer cáncer de mama por cada hora extra de sueño.
Hay que tener en cuenta que estos datos no son estrictamente los causantes del riesgo absoluto de la enfermedad, y que además cambian en relación con diferentes poblaciones ya que la mayoría de mujeres del estudio eran europeas. “Es probable que el sueño sea un factor de riesgo importante para el cáncer de mama, pero no es tan grande como otros factores de riesgo bien establecidos, como el IMC o el alcohol”, ha explicado Richmond.
La obesidad y el alcohol son por tanto factores de un riesgo más elevado de padecer cáncer de mama. Es decir, nuestro reloj corporal afecta a la presión arterial, al metabolismo y a los patrones de sueño, y pueden causar enfermedades pero afectan en menor medida que otros factores más peligrosos.
Según Stephen Burgess, un becario post doctoral en la Universidad de Cambridge, en relación con el estudio, “los autores no muestran ningún mecanismo biológico por el cual la preferencia de tiempo de sueño pueda influir en el riesgo de cáncer de mama. Otra limitación es que la preferencia de tiempo de sueño (cronotipo) es autoinformada, y la investigación no reclutó específicamente a individuos con diferentes patrones de sueño, como trabajadores de turno nocturno “.
Es decir, el estudio debe ser corroborado todavía por otros expertos que validen esta hipótesis, por eso Richmond afirma que el riesgo un 48 por ciento menor de padecer este tipo de cáncer se dio en los casos extremos de personas que sean más mañana o de noche.
Por tanto según Richmond es más importante reducir el consumo de alcohol o el peso, más que madrugar o reducir las horas de sueño.
La doctora Sowmiya Moorthie, analista política senior en epidemiología de la Fundación PHG, afirma que el estudio “en términos de las implicaciones de la investigación, respalda la evidencia existente de que los patrones de sueño influyen en el riesgo de cáncer, pero aún no está claro cómo las preferencias individuales para el alza temprana o tardía interactúan con los comportamientos reales del sueño”.
En conclusión, las personas madrugadoras tienen un riesgo menor de padecer cáncer de mama, aunque hay otros factores que implican más riesgo que los hábitos de sueño como el alcohol y la obesidad.